EL PEQUEÑO MENDIGO
1977, 50x70cm, Témpera sobre lienzo y fijador brillante en spray

Un pequeño mendigo que pela gambas.
“El pequeño mendigo” es una obra que retrata a un joven muchacho sentado en un espacio desnudo. El niño, vestido con ropas simples de color verde y marrón, está sentado con las piernas extendidas en el suelo. Tiene las manos frente al pecho y está ocupado pelando gambas. La habitación está impregnada de oscuridad, interrumpida solo por una ventana a la izquierda que deja entrar la luz del día. Junto al muchacho, en el suelo, se encuentra una gran jarra de color amarillo. Dispersas alrededor de sus pies hay algunas gambas rojas, algunas ya peladas y otras aún por preparar. La atmósfera es melancólica e íntima, enfatizada por el contraste entre la oscuridad de la habitación y la luz que ilumina parcialmente al sujeto.
Técnica pictórica:
La obra está realizada con colores al óleo sobre lienzo, caracterizada por una paleta limitada pero eficaz. El artista utiliza contrastes de claroscuro pronunciados, con la figura del niño que emerge de la oscuridad circundante gracias a toques de luz. Los colores son brillantes pero controlados: predominan los tonos oscuros del fondo, el verde de la ropa del niño, los tonos cálidos del amarillo y ocre de la jarra, y los puntos de rojo vivo de las gambas. La pincelada aparece relativamente lisa y controlada, con una representación realista.
Elementos simbólicos o significados ocultos:
El título “El Pequeño Mendigo” sugiere inmediatamente la condición social del niño representado. La pobreza es evocada por el ambiente desnudo y oscuro, símbolo de privación y soledad. La gran jarra vacía puede simbolizar la escasez de víveres. Las gambas que el niño está pelando representan uno de los pocos alimentos a su disposición, quizás recogidos o recibidos como limosna. La actividad de pelar las gambas sugiere la necesidad de procurarse la comida con sus propias manos, símbolo de autonomía forzada a temprana edad. La luz que entra por la ventana podría simbolizar una esperanza o una conexión con el mundo exterior. Hay una dignidad silenciosa en su postura y concentración que contrasta con la miseria del ambiente circundante.
Conclusión:
“El Pequeño Mendigo” es una obra que logra comunicar con potencia emotiva la condición de pobreza infantil sin caer en el sentimentalismo. A través de un uso sabio del claroscuro y una composición esencial, el artista crea un fuerte impacto emotivo, invitando al observador a reflexionar sobre las desigualdades sociales y la vulnerabilidad de la infancia. La imagen del niño que pela gambas añade un elemento de vida cotidiana que hace la escena aún más conmovedora y real. La obra se inserta en la tradición de la pintura social que usa el arte como instrumento de denuncia, pero lo hace con sutileza y respeto por la dignidad del sujeto representado.

Un pequeño mendigo que pela gambas.
“El pequeño mendigo” es una obra que retrata a un joven muchacho sentado en un espacio desnudo. El niño, vestido con ropas simples de color verde y marrón, está sentado con las piernas extendidas en el suelo. Tiene las manos frente al pecho y está ocupado pelando gambas. La habitación está impregnada de oscuridad, interrumpida solo por una ventana a la izquierda que deja entrar la luz del día. Junto al muchacho, en el suelo, se encuentra una gran jarra de color amarillo. Dispersas alrededor de sus pies hay algunas gambas rojas, algunas ya peladas y otras aún por preparar. La atmósfera es melancólica e íntima, enfatizada por el contraste entre la oscuridad de la habitación y la luz que ilumina parcialmente al sujeto.
Técnica pictórica:
La obra está realizada con colores al óleo sobre lienzo, caracterizada por una paleta limitada pero eficaz. El artista utiliza contrastes de claroscuro pronunciados, con la figura del niño que emerge de la oscuridad circundante gracias a toques de luz. Los colores son brillantes pero controlados: predominan los tonos oscuros del fondo, el verde de la ropa del niño, los tonos cálidos del amarillo y ocre de la jarra, y los puntos de rojo vivo de las gambas. La pincelada aparece relativamente lisa y controlada, con una representación realista.
Elementos simbólicos o significados ocultos:
El título “El Pequeño Mendigo” sugiere inmediatamente la condición social del niño representado. La pobreza es evocada por el ambiente desnudo y oscuro, símbolo de privación y soledad. La gran jarra vacía puede simbolizar la escasez de víveres. Las gambas que el niño está pelando representan uno de los pocos alimentos a su disposición, quizás recogidos o recibidos como limosna. La actividad de pelar las gambas sugiere la necesidad de procurarse la comida con sus propias manos, símbolo de autonomía forzada a temprana edad. La luz que entra por la ventana podría simbolizar una esperanza o una conexión con el mundo exterior. Hay una dignidad silenciosa en su postura y concentración que contrasta con la miseria del ambiente circundante.
Conclusión:
“El Pequeño Mendigo” es una obra que logra comunicar con potencia emotiva la condición de pobreza infantil sin caer en el sentimentalismo. A través de un uso sabio del claroscuro y una composición esencial, el artista crea un fuerte impacto emotivo, invitando al observador a reflexionar sobre las desigualdades sociales y la vulnerabilidad de la infancia. La imagen del niño que pela gambas añade un elemento de vida cotidiana que hace la escena aún más conmovedora y real. La obra se inserta en la tradición de la pintura social que usa el arte como instrumento de denuncia, pero lo hace con sutileza y respeto por la dignidad del sujeto representado.