LA PESCA DEL ATÚN
1977, 50x70cm, Témpera sobre lienzo y fijador brillante en spray

Sugestivo momento de la pesca del atún. Cielo, mar y pescadores parecen ser uno solo con los atunes.
La obra “La pesca del atún”, realizada en 1977 con témpera sobre lienzo y acabada con fijador brillante en spray, representa con gran intensidad y realismo una escena de pesca tradicional, inmortalizando uno de los momentos más crudos y auténticos de la vida marinera.
Composición y atmósfera:
El cuadro está cargado de dinamismo y tensión, capturando el momento en que los pescadores, con sus arpones, dan el golpe de gracia a los atunes atrapados. El movimiento agitado de los pescadores se contrapone a la inmovilidad de los hombres en el dique, que observan la escena con atención. Las pinceladas vigorosas y los colores terrosos confieren una fuerte expresividad a la obra, mientras que el cielo nublado y el mar encrespado parecen casi fundirse con la energía y la fatiga de los pescadores.
Detalles y técnica pictórica:
El artista utiliza contrastes nítidos de luz y sombra para exaltar el realismo de la escena; el resplandor de las olas rotas se opone a la oscuridad de las redes y de los peces amontonados. Los tonos ocre, marrón y verde oscuro dominan la paleta, evocando la dureza de la vida de mar. El detalle de los atunes en primer plano, con su piel brillante y marcada por la sangre, añade un fuerte impacto emotivo a la obra, testimoniando la lucha entre hombre y naturaleza.
Significado e interpretación:
Esta escena no es solo una representación de la fatiga del trabajo de los pescadores, sino también una reflexión sobre la relación entre hombre y mar, entre vida y muerte. La acción coral de los pescadores evidencia su unidad y coordinación, elementos esenciales para el éxito de la pesca. El mar, al mismo tiempo generoso e implacable, es el gran protagonista invisible, capaz de donar sustento pero también de poner a prueba la resistencia del hombre.
Conclusión:
“La pesca del atún” es una obra intensa y cautivadora, que narra una tradición antigua con gran realismo y pathos. La unión entre cielo, mar y pescadores, como subraya el propio artista, crea una atmósfera casi sacral, donde el destino de los hombres y el de los atunes se entrelazan en un ciclo sin tiempo.

Sugestivo momento de la pesca del atún. Cielo, mar y pescadores parecen ser uno solo con los atunes.
La obra “La pesca del atún”, realizada en 1977 con témpera sobre lienzo y acabada con fijador brillante en spray, representa con gran intensidad y realismo una escena de pesca tradicional, inmortalizando uno de los momentos más crudos y auténticos de la vida marinera.
Composición y atmósfera:
El cuadro está cargado de dinamismo y tensión, capturando el momento en que los pescadores, con sus arpones, dan el golpe de gracia a los atunes atrapados. El movimiento agitado de los pescadores se contrapone a la inmovilidad de los hombres en el dique, que observan la escena con atención. Las pinceladas vigorosas y los colores terrosos confieren una fuerte expresividad a la obra, mientras que el cielo nublado y el mar encrespado parecen casi fundirse con la energía y la fatiga de los pescadores.
Detalles y técnica pictórica:
El artista utiliza contrastes nítidos de luz y sombra para exaltar el realismo de la escena; el resplandor de las olas rotas se opone a la oscuridad de las redes y de los peces amontonados. Los tonos ocre, marrón y verde oscuro dominan la paleta, evocando la dureza de la vida de mar. El detalle de los atunes en primer plano, con su piel brillante y marcada por la sangre, añade un fuerte impacto emotivo a la obra, testimoniando la lucha entre hombre y naturaleza.
Significado e interpretación:
Esta escena no es solo una representación de la fatiga del trabajo de los pescadores, sino también una reflexión sobre la relación entre hombre y mar, entre vida y muerte. La acción coral de los pescadores evidencia su unidad y coordinación, elementos esenciales para el éxito de la pesca. El mar, al mismo tiempo generoso e implacable, es el gran protagonista invisible, capaz de donar sustento pero también de poner a prueba la resistencia del hombre.
Conclusión:
“La pesca del atún” es una obra intensa y cautivadora, que narra una tradición antigua con gran realismo y pathos. La unión entre cielo, mar y pescadores, como subraya el propio artista, crea una atmósfera casi sacral, donde el destino de los hombres y el de los atunes se entrelazan en un ciclo sin tiempo.