MAR EN CALMA
1978, 40x60cm, Óleo brillante sobre lienzo

Un mar en calma al atardecer de hermosos colores. Un vuelo de gaviotas, un ancla y un frasco de vino invitan al caminante a descansar por la noche en esta playa, protegido por las rocas.
La obra “Mar en Calma”, realizada en 1978 con óleo brillante sobre lienzo, captura la belleza y la serenidad de una puesta de sol sobre el mar, transformando la escena en una invitación a la paz interior y a la contemplación.
Composición y atmósfera:
El cielo se tiñe de delicados matices dorados, rosados y anaranjados, reflejando la cálida luz del sol que desciende en el horizonte. El mar, con sus olas suaves de tonalidades verdes y azules, rompe dulcemente en la orilla, creando un contraste armonioso con el amarillo dorado de la arena. Las rocas emergen de las aguas como antiguos guardianes de la costa, iluminadas por los rayos del sol que realzan sus formas y texturas.
Un grupo de gaviotas en vuelo surca el cielo, añadiendo movimiento y libertad a la escena, mientras elementos simbólicos en la playa — un ancla abandonada, un frasco de vino — sugieren una historia silenciosa: el descanso de un viajero, un marinero que ha encontrado un momento de tregua en su navegación.
Un refugio para el alma:
La disposición de los elementos crea una sensación de intimidad y protección, como si la bahía escondida entre las rocas fuera un lugar seguro donde detenerse para pasar la noche. El ancla, símbolo de estabilidad, y el frasco de vino, signo de reconforte y compañía, sugieren un momento de pausa y reflexión, una invitación a abandonarse a la belleza de la naturaleza.
Conclusión:
Con su uso sabio de los colores y la luz, el artista transmite una sensación de paz profunda y libertad, haciendo de esta escena no solo una representación de la naturaleza, sino también una oportunidad para el observador de sumergirse en un lugar de ensueño y tranquilidad. Un cuadro que invita a detenerse, respirar y dejarse arrullar por el mar y el tiempo.

Un mar en calma al atardecer de hermosos colores. Un vuelo de gaviotas, un ancla y un frasco de vino invitan al caminante a descansar por la noche en esta playa, protegido por las rocas.
La obra “Mar en Calma”, realizada en 1978 con óleo brillante sobre lienzo, captura la belleza y la serenidad de una puesta de sol sobre el mar, transformando la escena en una invitación a la paz interior y a la contemplación.
Composición y atmósfera:
El cielo se tiñe de delicados matices dorados, rosados y anaranjados, reflejando la cálida luz del sol que desciende en el horizonte. El mar, con sus olas suaves de tonalidades verdes y azules, rompe dulcemente en la orilla, creando un contraste armonioso con el amarillo dorado de la arena. Las rocas emergen de las aguas como antiguos guardianes de la costa, iluminadas por los rayos del sol que realzan sus formas y texturas.
Un grupo de gaviotas en vuelo surca el cielo, añadiendo movimiento y libertad a la escena, mientras elementos simbólicos en la playa — un ancla abandonada, un frasco de vino — sugieren una historia silenciosa: el descanso de un viajero, un marinero que ha encontrado un momento de tregua en su navegación.
Un refugio para el alma:
La disposición de los elementos crea una sensación de intimidad y protección, como si la bahía escondida entre las rocas fuera un lugar seguro donde detenerse para pasar la noche. El ancla, símbolo de estabilidad, y el frasco de vino, signo de reconforte y compañía, sugieren un momento de pausa y reflexión, una invitación a abandonarse a la belleza de la naturaleza.
Conclusión:
Con su uso sabio de los colores y la luz, el artista transmite una sensación de paz profunda y libertad, haciendo de esta escena no solo una representación de la naturaleza, sino también una oportunidad para el observador de sumergirse en un lugar de ensueño y tranquilidad. Un cuadro que invita a detenerse, respirar y dejarse arrullar por el mar y el tiempo.