IMPULSOS Y VOLUNTAD
1978, 50x70cm, Témpera sobre lienzo y fijador brillante en spray

El cuadro ambientado en los países árabes representa un combate a orillas del mar entre hombres y leones. La belleza de los caballos y los jinetes transporta al observador a una escena oriental casi épica.
La obra “Impulsos y Voluntad”, realizada en 1978 con témpera sobre lienzo y protegida con un fijador brillante en spray, transporta al espectador a un escenario oriental épico y sugestivo. La escena representa un feroz combate entre hombres y leones en una orilla arenosa, con el mar al fondo y una ciudad árabe en el horizonte.
Un escenario cargado de tensión y dinamismo
La acción está en el culmen de la batalla:
- Dos jinetes árabes, vestidos con ropas tradicionales y armados, guían sus corceles en una empresa audaz y arriesgada. Sus caballos imponentes y orgullosos, uno negro y uno blanco, parecen animados por una fuerza indomable, con las crines al viento y los cascos levantados en un movimiento impetuoso.
- En tierra, el conflicto es brutal: un león muerde a un hombre caído, que intenta desesperadamente defenderse con una espada.
- Otro león, atravesado por una lanza, yace moribundo sobre la arena, su cuerpo poderoso marcado por el dolor.
El encanto de Oriente y el simbolismo del cuadro:
La obra evoca una atmósfera exótica y mítica, rememorando leyendas de guerreros valientes y desafíos contra la naturaleza salvaje. La composición es dinámica, con los movimientos tensos y las expresiones intensas de los personajes que capturan la atención. El paisaje, con el mar en calma y el horizonte lejano, contrasta con la violencia de la escena, confiriendo un sentido de dramatismo y grandeza épica.
Conclusión:
“Impulsos y Voluntad” es un cuadro que mezcla acción, pasión y fuerza, destacando el coraje y la determinación de los hombres frente al peligro. El título mismo evoca la lucha entre el instinto primordial (impulso) y la determinación humana (voluntad), convirtiendo la obra en una representación potente de la lucha por la supervivencia y la voluntad de dominar la naturaleza.
Un cuadro que no solo cuenta una historia, sino que arrastra al espectador a un mundo aventurero y fascinante, evocando el encanto y el misterio de Oriente.

El cuadro ambientado en los países árabes representa un combate a orillas del mar entre hombres y leones. La belleza de los caballos y los jinetes transporta al observador a una escena oriental casi épica.
La obra “Impulsos y Voluntad”, realizada en 1978 con témpera sobre lienzo y protegida con un fijador brillante en spray, transporta al espectador a un escenario oriental épico y sugestivo. La escena representa un feroz combate entre hombres y leones en una orilla arenosa, con el mar al fondo y una ciudad árabe en el horizonte.
Un escenario cargado de tensión y dinamismo
La acción está en el culmen de la batalla:
- Dos jinetes árabes, vestidos con ropas tradicionales y armados, guían sus corceles en una empresa audaz y arriesgada. Sus caballos imponentes y orgullosos, uno negro y uno blanco, parecen animados por una fuerza indomable, con las crines al viento y los cascos levantados en un movimiento impetuoso.
- En tierra, el conflicto es brutal: un león muerde a un hombre caído, que intenta desesperadamente defenderse con una espada.
- Otro león, atravesado por una lanza, yace moribundo sobre la arena, su cuerpo poderoso marcado por el dolor.
El encanto de Oriente y el simbolismo del cuadro:
La obra evoca una atmósfera exótica y mítica, rememorando leyendas de guerreros valientes y desafíos contra la naturaleza salvaje. La composición es dinámica, con los movimientos tensos y las expresiones intensas de los personajes que capturan la atención. El paisaje, con el mar en calma y el horizonte lejano, contrasta con la violencia de la escena, confiriendo un sentido de dramatismo y grandeza épica.
Conclusión:
“Impulsos y Voluntad” es un cuadro que mezcla acción, pasión y fuerza, destacando el coraje y la determinación de los hombres frente al peligro. El título mismo evoca la lucha entre el instinto primordial (impulso) y la determinación humana (voluntad), convirtiendo la obra en una representación potente de la lucha por la supervivencia y la voluntad de dominar la naturaleza.
Un cuadro que no solo cuenta una historia, sino que arrastra al espectador a un mundo aventurero y fascinante, evocando el encanto y el misterio de Oriente.