DOÑA JIMENA EN LA COLUMNA
1978, 50x60cm, Óleo brillante sobre lienzo

Doña JIMENA esposa del Cid fue señora consorte de Valencia desde 1093 hasta 1099 y señora de Valencia desde 1099 hasta 1102. Aquí retratada junto a una columna y su caballo. Paisajes antiguos y tranquilos en el fondo la coronan.
La obra “Doña Jimena en la Columna”, realizada en 1978 con óleo brillante sobre lienzo, es un cuadro que fusiona elementos históricos, arquitectónicos y simbólicos en una escena de gran impacto visual. El artista retrata a Doña Jimena, esposa del célebre caudillo El Cid, en una pose elegante y segura de sí misma, mientras se apoya con naturalidad en su caballo, símbolo de fuerza y nobleza.
Composición y simbolismo:
El cuadro está dominado por la figura de Doña Jimena, envuelta en un ligero paño transparente que deja entrever las formas de su cuerpo, sugiriendo gracia y sensualidad. Su mirada penetrante y el porte orgulloso evocan el carácter fuerte de la mujer, que no fue solo consorte del Cid sino también señora de Valencia entre 1099 y 1102, gobernando con determinación tras la muerte de su marido.
A su derecha, el caballo, con el que parece tener un vínculo casi espiritual, representa la fiereza y la lealtad, cualidades que Jimena encarna en su vida y en su papel de gobernante.
El paisaje del fondo es rico en elementos medievales: castillos fortificados, torres y colinas suavemente onduladas transmiten una sensación de estabilidad y tranquilidad. El cielo límpido y la vegetación exuberante sirven de marco a esta escena, acentuando la atmósfera casi onírica de la obra.
Detalles y atmósfera:
La arquitectura con arcos y columnas introduce un elemento clásico, dando profundidad y un sentido de solemnidad histórica a la composición. A los pies de la protagonista, un vestido rojo abandonado en el suelo y un libro cerrado sugieren una narración implícita: quizás un momento de reflexión, una historia de amor, un recuerdo de épocas pasadas. El contraste entre el rojo intenso del tejido y los tonos más tenues del paisaje guía la mirada del observador a través de la escena, creando un equilibrio armonioso entre sensualidad, fuerza y melancolía.
Conclusión:
Con esta obra, el artista no se limita a retratar un personaje histórico, sino que consigue transmitir la personalidad y la complejidad de Doña Jimena: una mujer fuerte, independiente y ligada a su destino. El cuadro se convierte así en un tributo a la feminidad y a la resiliencia, enmarcado en un paisaje que evoca el pasado con encanto y misterio.

Doña JIMENA esposa del Cid fue señora consorte de Valencia desde 1093 hasta 1099 y señora de Valencia desde 1099 hasta 1102. Aquí retratada junto a una columna y su caballo. Paisajes antiguos y tranquilos en el fondo la coronan.
La obra “Doña Jimena en la Columna”, realizada en 1978 con óleo brillante sobre lienzo, es un cuadro que fusiona elementos históricos, arquitectónicos y simbólicos en una escena de gran impacto visual. El artista retrata a Doña Jimena, esposa del célebre caudillo El Cid, en una pose elegante y segura de sí misma, mientras se apoya con naturalidad en su caballo, símbolo de fuerza y nobleza.
Composición y simbolismo:
El cuadro está dominado por la figura de Doña Jimena, envuelta en un ligero paño transparente que deja entrever las formas de su cuerpo, sugiriendo gracia y sensualidad. Su mirada penetrante y el porte orgulloso evocan el carácter fuerte de la mujer, que no fue solo consorte del Cid sino también señora de Valencia entre 1099 y 1102, gobernando con determinación tras la muerte de su marido.
A su derecha, el caballo, con el que parece tener un vínculo casi espiritual, representa la fiereza y la lealtad, cualidades que Jimena encarna en su vida y en su papel de gobernante.
El paisaje del fondo es rico en elementos medievales: castillos fortificados, torres y colinas suavemente onduladas transmiten una sensación de estabilidad y tranquilidad. El cielo límpido y la vegetación exuberante sirven de marco a esta escena, acentuando la atmósfera casi onírica de la obra.
Detalles y atmósfera:
La arquitectura con arcos y columnas introduce un elemento clásico, dando profundidad y un sentido de solemnidad histórica a la composición. A los pies de la protagonista, un vestido rojo abandonado en el suelo y un libro cerrado sugieren una narración implícita: quizás un momento de reflexión, una historia de amor, un recuerdo de épocas pasadas. El contraste entre el rojo intenso del tejido y los tonos más tenues del paisaje guía la mirada del observador a través de la escena, creando un equilibrio armonioso entre sensualidad, fuerza y melancolía.
Conclusión:
Con esta obra, el artista no se limita a retratar un personaje histórico, sino que consigue transmitir la personalidad y la complejidad de Doña Jimena: una mujer fuerte, independiente y ligada a su destino. El cuadro se convierte así en un tributo a la feminidad y a la resiliencia, enmarcado en un paisaje que evoca el pasado con encanto y misterio.