CONCIERTO DE PRIMAVERA
1979, 50x70cm, Óleo brillante sobre lienzo

Nos encontramos en un bosque en primavera, los dos guitarristas, maestro y alumno, la misteriosa criatura atraída por la música, las flores y los colores, hacen de este cuadro una encantada armonía.
Esta obra pictórica de 1979 nos transporta a una atmósfera suspendida entre realidad y encanto, donde la música se convierte en el hilo conductor de una experiencia sensorial y espiritual. El cuadro representa un bosque primaveral, iluminado por cálidas tonalidades doradas que evocan una sensación de paz y armonía.
Descripción detallada de la escena:
El ambiente en un bosque impregnado de magia
El paisaje se caracteriza por árboles desnudos de troncos oscuros, cuyas ramas se entrelazan creando un marco natural alrededor de los protagonistas. El suelo está cubierto de hierba dorada y pequeños arbustos floridos, que anuncian el renacimiento primaveral. Un pequeño espejo de agua, reflejando la escena, amplifica la sensación de quietud y profundidad. En los márgenes del estanque, dos cisnes nadan plácidamente, símbolo de pureza y armonía.
Los protagonistas: el maestro, el alumno y la criatura misteriosa
- El maestro y el alumno se sientan en el suelo, inmersos en la melodía de sus guitarras. El maestro, con mirada concentrada, guía a su joven alumno en una ejecución que parece entrelazarse con la naturaleza circundante.
- La figura etérea: En el fondo, entre las ramas y la luz tenue, aparece una figura femenina misteriosa. Envuelta en un vestido blanco, con un aura de luz alrededor de la cabeza, parece atraída por la música, como una musa o un espíritu de la naturaleza. Su expresión es enigmática, suspendida entre admiración y participación, haciendo la escena aún más evocadora.
Significado e interpretación:
El cuadro es una celebración de la música como lenguaje universal capaz de evocar presencias invisibles y de conectar al hombre con la naturaleza y el mundo espiritual. El bosque primaveral, con sus colores cálidos y envolventes, se convierte en el escenario de una exhibición que trasciende el simple acto de tocar: es una invitación a la contemplación y a la armonía interior.
La obra transmite una sensación de serenidad y magia, transformando un simple momento musical en una experiencia casi mística. La mujer luminosa puede ser interpretada como una entidad sobrenatural, un hada de la primavera o la personificación de la inspiración artística, atraída por la belleza del sonido.
En “Concierto de Primavera”, la naturaleza, la música y la dimensión espiritual se funden en una única melodía visual, regalando al observador una sensación de paz y maravilla.

Nos encontramos en un bosque en primavera, los dos guitarristas, maestro y alumno, la misteriosa criatura atraída por la música, las flores y los colores, hacen de este cuadro una encantada armonía.
Esta obra pictórica de 1979 nos transporta a una atmósfera suspendida entre realidad y encanto, donde la música se convierte en el hilo conductor de una experiencia sensorial y espiritual. El cuadro representa un bosque primaveral, iluminado por cálidas tonalidades doradas que evocan una sensación de paz y armonía.
Descripción detallada de la escena:
El ambiente en un bosque impregnado de magia
El paisaje se caracteriza por árboles desnudos de troncos oscuros, cuyas ramas se entrelazan creando un marco natural alrededor de los protagonistas. El suelo está cubierto de hierba dorada y pequeños arbustos floridos, que anuncian el renacimiento primaveral. Un pequeño espejo de agua, reflejando la escena, amplifica la sensación de quietud y profundidad. En los márgenes del estanque, dos cisnes nadan plácidamente, símbolo de pureza y armonía.
Los protagonistas: el maestro, el alumno y la criatura misteriosa
- El maestro y el alumno se sientan en el suelo, inmersos en la melodía de sus guitarras. El maestro, con mirada concentrada, guía a su joven alumno en una ejecución que parece entrelazarse con la naturaleza circundante.
- La figura etérea: En el fondo, entre las ramas y la luz tenue, aparece una figura femenina misteriosa. Envuelta en un vestido blanco, con un aura de luz alrededor de la cabeza, parece atraída por la música, como una musa o un espíritu de la naturaleza. Su expresión es enigmática, suspendida entre admiración y participación, haciendo la escena aún más evocadora.
Significado e interpretación:
El cuadro es una celebración de la música como lenguaje universal capaz de evocar presencias invisibles y de conectar al hombre con la naturaleza y el mundo espiritual. El bosque primaveral, con sus colores cálidos y envolventes, se convierte en el escenario de una exhibición que trasciende el simple acto de tocar: es una invitación a la contemplación y a la armonía interior.
La obra transmite una sensación de serenidad y magia, transformando un simple momento musical en una experiencia casi mística. La mujer luminosa puede ser interpretada como una entidad sobrenatural, un hada de la primavera o la personificación de la inspiración artística, atraída por la belleza del sonido.
En “Concierto de Primavera”, la naturaleza, la música y la dimensión espiritual se funden en una única melodía visual, regalando al observador una sensación de paz y maravilla.